sábado, 19 de abril de 2008

Nos excluimos...

En mi blog anterior, comentaba un poco acerca de cómo la globalización va creando lazos, incluso fuera de las fronteras. Ahora quiero plantear el otro lado, la otra cara de la globalización. Esta es la exclusión (gracias por tu comentario José Aguilar).

Pues bien, decir que la globalización es un fenómeno que ha venido a botar fronteras, límites, etc. no quiere decir que eso nos beneficie del todo. Con la globalización, las brechas se vuelven más amplias y complejas. Esto debido a que, el que no se pone del lado de ella, y el que no cuenta con las posibilidades para adherirse a las nuevas exigencias y políticas, se queda fuera.

Como podemos notar en nuestro medio actual, las exigencias son mucho más duras: a la hora de buscar un empleo, para agregarnos a una red social, para sobresalir, superarnos, etc. Por ejemplo, la mayoría de los trabajos de hoy, te exigen un nivel medio (al menos) de inglés y el manejo del software. Incluso, buscando una vez en el periódico, ahora hay trabajos en los que se te pide que hasta tengas auto propio!!!

Pero si vemos la realidad, en nuestro país, cuántas personas tienen acceso, al menos, a una educación básica; cuántos niños tienen que salir a trabajar para colaborar con los gastos de su hogar, o por lo menos para poder comerse una tortilla; cuántos después de salir del bachillerato pueden optar por una carrera técnica o universitaria…

Respondámonos estás preguntas y luego reflexionemos… ¿será que nuestro país está listo para estos procesos?

La globalización genera desigualdades. Existen muchas y nuevas oportunidades, pero no son accesibles para todos. No todos tenemos los recursos como para pagarnos un curso de inglés intensivo, o unas buenas clases de informática. Algunos contamos con la suerte de que, al menos, en nuestros centros de estudio se nos enseñe, aunque sea, lo básico de estos dos campos. Pero qué hay de aquellos que no tienen ni siquiera la oportunidad de ir a la escuela.

Además de la exclusión hay competitividad. La gente necesita sobrevivir y sobresalir. Así cómo está la realidad nacional, la gente reacciona de diferentes maneras. Con los altos precios del combustible, los alimentos, la corrupción, etc, etc. Se están generando diferentes respuestas hacia las situaciones sociales. Entonces, también se puede observar el individualismo. Cada quien lucha por su propio pellejo, sin importar a quién se lleva en el encuentro. Cada quien busca su estabilidad, de la manera que sea (los vendedores de cd's piratas, los vendedores ambulantes,los huelepegas, las maras, etc.). Y todavía nosotros vemos de menos a las personas que se rebuscan por sobrevivir en este mundo.

En todo esto, el papel de la comunicación será el hacer conciencia, en estos momentos de tanta inseguridad y problemática social. Como comunicadores no podemos dejar a un lado la situación y hacernos los del “ojo pacho”. Debemos contribuir a la creación de nuevas formas de articulación democrática, generar nuevos conocimientos y una comunicación más diversa. Debemos sentirnos reconocidos y generar espacios de reconocimiento y representación. Todo esto, para que las posibilidades se amplíen para las personas que se están quedando fuera.

3 comentarios:

Roxana Martel dijo...

Interesante tu comentario sobre la exlusión y la desigualdad. Ahora bien, habrá que afinar y ser más concreta con el "papel de la comunicación". Esta tiene sus límites y sus posibilidades. No hay que renunciar a la utopía, pero un poco de pragmatismo es también necesario. Lo seguiremos viendo!

Laura dijo...

Es cierto tal vez puede crear lazos, pero a mi pensar crea mas desigualdades y se hacen más grandes las brechas.
Es importante que como comunicadores planteemos los mecanismos necesarios para que la Globalización se piense y se actue desde otro punto para que no haya mas desigualdales

Roxana Martel dijo...

Lamento que no hayas seguido con la actualización del blog. Fue un espacio interesante que podría haberte ayudado más durante el ciclo.

Roxana